Un puente es una construcción que permite salvar un
accidente geográfico como un río, un cañón, un valle, una carretera, un camino,
una vía férrea, un cuerpo de agua o cualquier otro obstáculo físico. El diseño
de cada puente varía dependiendo de su función y de la naturaleza del terreno
sobre el que se construye.
Su proyecto y su cálculo pertenecen a la ingeniería
estructural, siendo numerosos los tipos de diseños que se han aplicado a lo
largo de la historia, influidos por los materiales disponibles, las técnicas
desarrolladas y las consideraciones económicas, entre otros factores. Al
momento de analizar el diseño de un puente, la calidad del suelo o roca donde
habrá de apoyarse y el régimen del río por encima del que cruza son de suma
importancia para garantizar la vida del mismo.
Historia de los puentes
Artículo principal: Historia
de los puentes
Puente Romano de Córdoba,
con la Mezquita de Córdoba. Los romanos fueron grandes constructores de puentes
y acueductos en la antigüedad. Puente sobre el Tajo de Ronda, del siglo XVIII.
Puente del Medio Penique en
Dublín, Irlanda. La aparición del acero como material constructivo y
posteriormente del hormigón revolucionó la construcción de puentes.
La necesidad humana de
cruzar pequeños arroyos y ríos fue el comienzo de la historia de los puentes.
Hasta el día de hoy, la técnica ha pasado desde una simple losa hasta grandes
puentes colgantes que miden varios kilómetros y que cruzan bahías. Los puentes
se han convertido a lo largo de la historia no solo en un elemento muy básico
para una sociedad, sino en símbolo de su capacidad tecnológica.
De la prehistoria a los grandes constructores romanos
Los puentes tienen su origen
en la misma prehistoria. Posiblemente el primer puente de la historia fue un
árbol que usó un hombre prehistórico para conectar las dos orillas de un río.
También utilizaron losas de piedra para arroyos pequeños cuando no había
árboles cerca. Los siguientes puentes fueron arcos hechos con troncos o
tablones y ocasionalmente con piedras, empleando un soporte simple y colocando
vigas transversales. La mayoría de estos primeros puentes eran muy pobremente
construidos y raramente soportaban cargas pesadas. Fue esta insuficiencia la
que llevó al desarrollo de mejores puentes.
Puente de arcos
El arco fue usado por
primera vez por el Imperio romano para puentes y acueductos, algunos de los
cuales todavía se mantienen en pie. Los puentes basados en arcos podían
soportar condiciones que antes habrían destruido a cualquier puente.
Un ejemplo de esto es el
Puente de Alcántara, construido sobre el Río Tajo, cerca de Portugal. La
mayoría de los puentes anteriores habrían sido barridos por la fuerte
corriente. Los romanos también usaban cemento, que reducía la variación de la
fuerza que tenía la piedra natural. Un tipo de cemento, llamado puzolana,
consistía en agua, limo, arena y roca volcánica. Los puentes de ladrillo y
mortero fueron retomados después de la era romana, ya que la tecnología del
cemento se perdió y más tarde fue redescubierta.
Puente de cuerdas
Los puentes de cuerdas, un
tipo sencillo de puentes suspendidos, fueron usados por la civilización Inca en
los Andes de Sudamérica, justo antes de la colonización europea en el siglo
XVI.
El puente en la Edad Media
Después de esto, la
construcción de puentes no sufrió cambios sustanciales durante mucho tiempo. La
piedra y la madera se utilizaban prácticamente de la misma manera durante la
época napoleónica que durante el reinado de Julio César, incluso mucho tiempo
antes. La construcción de los puentes fue evolucionando conforme la necesidad
que de ellos se sentía. Cuando Roma empezó a conquistar la mayor parte del
mundo conocido, iban levantando puentes de madera más o menos permanentes;
cuando construyeron calzadas pavimentadas, alzaron puentes de piedra labrada.
A la caída del Imperio
romano, el arte sufrió un gran retroceso durante más de seis siglos. El hombre
medieval veía en los ríos una defensa natural contra las invasiones, por lo que
no consideraba necesario la construcción de los medios para salvarlos. El
puente era un punto débil en el sistema defensivo feudal. Por lo tanto muchos
de los que estaban construidos fueron desmantelados, y los pocos que quedaron
estaban protegidos con fortificaciones.
La Edad Moderna en los puentes
Durante el siglo XVIII hubo
muchas innovaciones en el diseño de puentes con vigas por parte de Hans Ulrich,
Johannes Grubenmann y otros. El primer libro de ingeniería para la construcción
de puentes fue escrito por Hubert Gautier en 1716.
Celosía estructural de
formas orgánicas del puente de Abetxuko en Vitoria, España.
La revolución del acero y el hormigón
Véase también: Puente de
hormigón armado
Con la Revolución industrial
en el siglo XIX, los sistemas de celosía de hierro forjado fueron desarrollados
para puentes más grandes, pero el hierro no tenía la fuerza elástica necesaria
para soportar grandes cargas. Con la llegada del acero, que tiene un alto límite
elástico, fueron construidos puentes mucho más largos, en muchos casos
utilizando las ideas de Gustave Eiffel.
Partes de un puente
En su aspecto técnico, la
ingeniería de un puente tradicional diferencia, además de los cimientos, dos
partes esenciales: la superestructura y la infraestructura, y en ellas, pueden
desglosarse los siguientes componentes básicos:
Tramo: Parte del puente que
sostienen bastiones o pilastras.
Bastión: En la
subestructura, apoyo para un tramo.
Ménsula: Recurso
arquitectónico tradicional para descargar el sobrepeso de bastiones y pilas.
Relleno o ripio: Retenido
por los estribos, sustituye los materiales (tierra, rocas, arena) removidos, y
refuerza la resistencia de bastiones, pilastras.
Asiento: Parte del bastión
en el que descansa un tramo, y en el caso de las pilas los extremos de dos
tramos diferentes.
Losa de acceso: Superficie
del rodamiento que se apoya en la ménsula.
Luz (entre bastiones):
Distancia media entre las paredes internas de pilas o bastiones consecutivos.
Contraventeo: Sistema para
dar rigidez a la estructura.
Tablero: Base superior de
rodaje que sirve además para repartir la carga a vigas y largueros, en casos
especiales, el tablero puede estar estructurado para sostener una vía férrea,
un canal de navegación, un canal de riego, en estos dos últimos caso se les
llama "puente canal"; o una tubería, en cuyo caso se llama puente
tubo.
Viga trasversal: Armadura de
conexión entre las vigas principales (un ejemplo de conjunto son las vigas de
celosía).
Apoyos: Placas y ensamblajes
diseñados para recibir, repartir y transmitir reacciones de la estructura
(ejemplos de este tipo de apoyo son los rodines y balancines).
Arriostrados laterales o
vientos: Unen las armaduras y les dan rigidez.
Otras secciones: Goznes,
juntas de expansión, marcos rígidos, placas de unión, vigas de diversas
categorías y superficie de rodamiento.1
En cuanto a la estructura
arquitectónica, en un puente se pueden distinguir:
Andén.
Arcada (arcos).
Encachado.2
Cabeza de puente.
Estribos y manguardias.
Ojo.
Pila, pilar, pilote, zampa.
Pretil, acitara, antepecho,
barandilla.
Tajamar (ver 20 en
visualización).
Zapata.
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